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Alquimia esotérica

Patricia Pérez Sepúlveda

Transmutameni, transmutameni de lapidibus mortuis in lapides vivos  philosophicos.
C.W. Leadbeater. (“Antiguos ritos místicos” editorial Oceano/Abraxas,  1999) 

Introducción 

Al analizar una lámina sola de los grabados alquímicos es impresionante todo lo que  dice un sólo dibujo cuando uno aprende a leerlo, y las verdades ocultas que están  disponibles para todos los que quieran darse el trabajo de entender: Alquimia esotérica  o la búsqueda de las verdades ocultas tras la retorta y el atanor de antiguos  experimentadores “protoquímicos”. 

Un conocimiento que parece deslumbrante y que se asocia a la generación de riqueza  e inmortalidad, provoca la aparición de la envidia, la codicia, el intento de manipulación,  la persecución y la tortura por un lado y la charlatanería, la traición y la estafa por  otro, generando oscuridad de qué parte de ese conocimiento es verdadero y cuál no.  

Si bien la alquimia tiene como propósitos declarados la búsqueda del elixir de la vida, la  piedra filosofal y la transmutación de los metales en oro, los alquimistas mayores,  establecieron claramente que los procesos de transmutación sólo resultarían efectivos  si eran practicados simultáneamente en los 4 mundos: El divino, el humano, el de los  elementos y el de las sustancias químicas. Quienes se consideraron alquimistas serios,  menospreciaron a los “sopladores de carbón”, dado que sólo representaban  seguidores de recetas, o a los puramente místicos, por no incorporar más que un  ámbito de la transmutación. 

Se preocuparon entonces de escribir sus recetas y descubrimientos de modo gráfico y  simbólico, con multiplicidad de correspondencias, de modo que solamente los iniciados  pudieran descifrar, incluso a todas las recetas les falta algo y además los nombres de  los elementos son cambiados, por lo que algunas sustancias aún no se tiene claro que  pueden significar realmente, existiendo 4 tipos de azufre y tipos de fuego en los que se  incluye la electricidad y el magnetismo sin jamás ocupar ese nombre. Comprender la  alquimia es por tanto algo complejo. Muchas de las leyendas de la antigüedad, no son  sino disfraces de recetas alquímicas, mal comprendidas como “historias”. Si no se comprenden algunas de estas equivalencias, no se podrá tener acceso a algunas  verdades ocultas en los textos antiguos, incluyendo los misterios del antiguo grado de  maestro. 

Partiendo desde las enseñanzas de Hermes Trimegisto y de Zósimo de Pannópolis desde el siglo II D de C , pasando por Oriente en la antigüedad, y la edad media y  moderna en Europa, la recapitulación de conocimientos es de largo aliento, tal vez los  dos ya mencionados y agregar a Paracelso, Nicolás Flamel, Raimundo LLull, Robert  Fludd, Michael Maier y Daniel Stolcius, entre tantos, podrían darnos luces sobre cómo  realizar este camino paralelo. En nuestro siglo, el camino del sí mismo abierto por Jung  en la comparación de arquetipos comunes en los sueños de contemporáneos y  alquimistas, complementa la vía al Opus magnum o Gran Obra en el aspecto  psicológico. 

La gran equivocación de los alquimistas fue asumir analogías de los metales con el  mundo orgánico, asumiendo que los elementos podrían convertirse unos en otros por  crecimiento y que el oro, su más buscado elemento, se generaba de otros elementos  madurando en la tierra. Así, pensaron que podría acelerar los procesos naturales, lo  que es correcto en la teoría, si realmente fuese cierto un comportamiento orgánico  mineral. El hecho que un acelerador de partículas sí sea capaz de producir oro desde  el plomo, no da la razón a los alquimistas, pues la teoría de base es algo  completamente diferente. La desgracia (o quizás no) de la alquimia es el trabajo  solitario, necesario en un mundo de persecuciones tanto del poder religioso como  político, pero que no permitió el desarrollo de un lenguaje, sistema de medición,  traspaso de conocimiento y estandarización de los procesos, requiriendo cada  alquimista empezar desde lo muy básico, dedicándole excesivo tiempo a recrear una y  otra vez los mismos ensayos. Sólo unos pocos entonces, tuvieron la oportunidad de  desarrollar una habilidad mayor. 

El desarrollo del paralelismo entre la transmutación de los metales es lo que en el  ámbito alma/espíritu se denomina “regeneración”. Sin embargo alquimia no es el  seguimiento de recetas, no es la pura analogía conceptual, sino el trabajo conjunto en  los 4 mundos ya descritos. Por tanto la verdadera “regeneración” no es posible en un  plano aislado. 

Los alquimistas describieron y ensayaron muchos de los procedimientos químicos, a  saber: Calcinación, sublimación, disolución, putrefacción, destilación, coagulación,  tinturación, fijación, ceración, filtración, multiplicación, proyección y los asociaron a los  signos zodiacales, no en correspondencia, sino en el aspecto criptográfico. Este trabajo  podría haberse detenido perfectamente en cada proceso en su correspondencia  mística, pero elegí dentro de todo sus muchos conceptos, el proceso alquímico. 

Desarrollo: 

La operación alquímica se divide en 4 partes, que corresponden a principios  elementales y se dividen a su vez en gran obra menor y gran obra mayor, llamado  también el viaje alquímico. El mismo proceso general es válido desde el plomo al oro,  como del agua mercurial a la piedra filosofal. 

Sin entrar en detalles sobre el proceso, podríamos resumirlo como una modificación del  mercurio de tal modo que sea posible su solubilización con azufre y sal, esto es la gran  obra menor. Y posteriormente una sucesión de procesos de destilación, reconstitución  y coagulación, que permitan un cambio progresivo en las propiedades de esta mezcla  hasta la generación de un líquido de color rojo, que es el equivalente a la piedra  filosofal. Respecto al concepto de piedra filosofal es interesante su descripción: 

“Existe una piedra, que no es tal piedra. Un objeto precioso que carece de valor. Un ente multiforme que no tiene forma. Una cosa desconocida que todos  conocemos.” Zósimo de Pannópolis, siglo III D. de C. 

  

En términos esotéricos la gran obra menor, trata de espiritualizar al cuerpo, es decir,  lograr fundir el cuerpo con el espíritu, un proceso ascendente de la psiquis, en procesos análogos al manejo del mercurio, la sal y el azufre. Personalmente, mi  imaginación siempre creyó en la evolución del espíritu hasta este punto. Sin embargo a  esto le sucede la gran obra mayor, que es el proceso descendente en que este cuerpo  espiritualizado, vuelve a corporalizarse.

La gran obra menor se asocia a lo femenino, a una copa que se prepara para recibir al  espíritu, se asocia a los elementos de tierra y agua. 

La Gran obra mayor se asocia a fuego-aire, mercurio y azufre, al principio masculino. 

Veamos las cuatro partes, sus procesos y sus metas, para poder realizar la correcta  analogía esotérica. 

1.-NIGREDO: El cuervo y la tierra. 

En esta etapa se disuelve la materia a trabajar en agua mercurial (licuefacción) por  medio de la “simiente de la tierra”, generada por la unión de lo masculino y lo femenino,  después de lo cual se procede a la putrefacción. 

La “materia” se refiere a la materia prima, aquella característica que reconocemos en el  ser humano que es susceptible de elevar, aquella condición que se encuentra en todo  ser, pero que solamente algunos están dispuestos a reconocerla y utilizarla. El hombre  profano se representa como plomo o piedra.  

La etapa de Nigredo se asocia a Saturno, representado por el plomo, quien es además  el Dios del karma.  

Según Ragón: “El concepto de solución alquímica no es la misma de la química,  consiste en reducir el cuerpo a su materia primigenia, a desunir las partes del  compuesto y coagular las partes espirituales”(1), la putrefacción por otro lado, producto  de la lenta acción del calor, rompe las ligaduras de las partes iniciales, cambia las  formas, revela lo oculto, es el primer paso de la generación, “el punto medio entre el ser  y el no ser”. 

Ambos conceptos calzan muy bien con la leyenda de la muerte y desmembramiento  de Osiris, lo cual se corresponde con la etapa del conócete a ti mismo sin artilugios, el  reconocimiento de nuestra materia prima, la comprensión dolorosa de lo efímero de la  vida, el desapego de las costumbres, los afectos, las adicciones, el enfrentamiento con  los aspectos relacionados con la muerte.

Psicológicamente corresponde al desprendimiento de las anclas materiales y del ego, y  al proceso jungiano de desindividuación, primera etapa de la confesión del tratamiento  analítico y la integración de nuestras sombras. 

Kármicamente, asociado a Saturno, se corresponde con la ley del sacrificio, en el  entendido de que en la naturaleza el sacrificio es el medio de la regeneración.  Corresponde a la muerte de Hiram y su putrefacción, sacrificio que inicia la leyenda y la  obra. 

La meta de esta etapa es la formación de un producto ennegrecido. Al final de esta  etapa el mundo ya no lastima porque estaremos libres de las ataduras del mismo. Es  la muerte del yo falso, proyectado por nuestro paisaje de formación y la aparición del yo  oscuro, reconocido y aceptado.  

Esta es la etapa del V.I.T.R.I.O.L.O. ya conocida por el esoterismo. 

2.- ALBEDO: Etapa del blanqueamiento, asociado a la luna y al agua. “La segunda etapa es la formación del mercurio de los filósofos, que volatiliza y  espermatiza los cuerpos, acabando con la humedad superflua y coagulando toda la  tierra en forma de materia viscosa y metálica.” (¿mercurio líquido o cloruro de  mercurio?) 

Ya superadas las barreras mentales, viene una segunda etapa de apertura al mundo  inmaterial, a recibir la naturaleza de nuestra alma, sin proposiciones aprendidas,  requiere el encuentro con nuestras emociones, la superación de las dualidades,  enfrentar los deseos inferiores hasta lograr la purificación, es un proceso más intenso  que el anterior. El alma se hace consciente de su propia luz. Es la etapa de la  “explicación” junguiana, que implica llevar a la consciencia las fantasías. Se asocia al  viaje de Isis por Egipto recolectando las partes de Osiris y recomponiéndolas. 

Es una etapa de sublimación tanto como procedimiento químico, como en su acepción  emocional, para el logro de la pureza de la consciencia, donde el alquimista se hace  consciente de sus cualidades y dones espirituales. Pondré acento en el concepto de  superación de las dualidades: En esta etapa no se trata de reconocer los opuestos,  sino de superar esa oposición, de integrar lo que hasta el momento eran categorías  opuestas, especialmente, pero no exclusivamente los ámbitos femenino-masculino.

Personalmente, sólo se me ocurren tres ejemplos de personas que han esbozado esta etapa, la tercera es  en realidad un personaje de un libro, “Demian”, de Herman Hesse; la segunda es  Hanna Arendt, quien tiene una famosa cita que dice: “Nunca en mi vida he 'amado' a  ningún pueblo ni colectivo, ni al pueblo alemán, ni al francés, ni al norteamericano, ni a  la clase obrera, ni a nada semejante. En efecto, sólo 'amo' a mis amigos y el único  género de amor que conozco y en el que creo es el amor a las personas.“ La primera  es Lola Hoffman, médico fisiólogo que se hizo psiquiatra después de leer a Carl Jung.  Objetivo de esta etapa: Niño lunar andrógino, de consciencia pura. 

3.- CITRINITAS o del aire. 

“La tercera parte consiste en la corrupción, la cual separa las substancias, las rectifica y  las reduce” Formada la copa, es necesario corporalizar el alma. (¿Cambio del mercurio  a cinabrio, etapa intermedia, por ingreso del azufre?) 

El mercurio filosófico se vuelve amarillo a través de procesos de destilación,  humidificación y sublimación. 

Muere el niño lunar, pierde su inocencia y se encuentra otra vez en completa  oscuridad, no como en nigredo, sino porque comienza a pensar por si mismo, los  referentes y las copias se terminan, significa abandonar todo tipo de preconcepción,  incluso aquellas que nos llevaron por este camino. Es la etapa de educación de la  terapia de Jung en que el paciente aprende a trabajar en forma independiente. En  la búsqueda del conocimiento,  pensar por si mismo. 

Se asocia a la generación del falo de Osiris hecho de material astral, que permite a Isis  copular y engendrar a Horus. Resultado: Total dominio de cuerpo y mente.  

4.- RUBEDO y el fuego 

“Generación y creación del azufre filosófico que une y fija las substancias”. Substancia  de color rojo. Se asocia al proceso químico de coagulación. (¿sulfuro de mercurio?) Volviendo a la psicología Jungiana, se logra el sí mismo, la integración del niño eterno  y el viejo sabio o etapa de transformación. 

Es una etapa relacionada con la divinidad, se produce la pérdida del sentido del yo  como ser individual, se pasa a un estado de conocimiento no por aprendizaje o búsqueda interna, sino por revelación directa. Es el retorno cósmico de la divinidad a la  fuente original. El deseo del alma de retornar a la tierra y encarnar su consciencia  elevada en mente y cuerpo. Meta: Estado de inteligencia pura. Ruptura de la rueda de  la encarnación. BAUTISMO DE FUEGO CRÍSTICO, entendido lo crístico en el más  amplio concepto de la divinidad, recuerden que la alquimia, no siempre fue cristiana,  pero sí siempre crística. Fallo de cualquier etapa: Derrame, pérdida, vuelta al inicio. 

CONCLUSIONES: 

∙ La materia prima, piedra, podría ser perfectamente la piedra bruta de los masones o la semilla de nuestra inquietud espiritual. ∙ El objeto precioso es nuestra propia potencialidad, que carece de valor si no se  desarrolla y que no se ve. 

∙ Un ente multiforme que no tiene forma es un líquido, o tal vez, una consciencia  nueva que aún no se moldea. 

∙ Una cosa desconocida que todos conocemos no es más que nuestro interior. ∙ El sabio debe  tener clara la necesidad de la muerte filosófica para poder transmutar, es decir  regenerarse. 

∙ Hay dos grandes caminos del discernimiento: el pensar  por nosotros mismos y el hacer el bien por el bien. 

∙ Lo que es bueno y mejor en sí viene desde nuestra luz interior, que requiere la  consciencia de lo bueno.

∙ La visita al interior de la tierra, nos permitirá descubrir nuestra verdadera identidad espiritual.

∙  El amor y la voluntad son los equivalentes esotéricos del fuego alquímico.

∙ El sabio muere a sus instintos inferiores, como muere el plomo para  convertirse en oro. 

∙ Superar las dualidades, quizás sea el punto de quiebre entre los que  evolucionarán y los que quedarán en el camino. Posteriormente el desligarse de  los dogmas, de las creencias, del pensamiento establecido, otro punto de  inflexión. Por último, el desprendimiento, el más complicado de los puntos de  inflexión. 

∙ Los libros y la ciencia tienen muchas respuestas, pero no todas las respuestas. Perdimos en el camino la intuición, la metafísica, la ética y el sentido puro del  amor y sus verdades quedaron ocultas. 

∙ Siento que el trabajo con el mundo elemental, nos acerca a vislumbrar la vía de  la verdad. La electricidad y el magnetismo, como manifestación del fuego, es  una de las claves del descubrimiento alquímico que quizás cierre parte de la brecha con la ciencia en un futuro próximo. 

∙ Siguiendo la propuesta alquímica, nuestro camino de perfección debe ser  paralela entre lo elemental, lo humano y lo divino. A pesar de la interesante  propuesta psicológica de Jung, ese es sólo un aspecto, por lo que no puede ser  reducido lo alquímico a lo estrictamente psicológico. 

∙ La primera gran alquimista es la naturaleza, que consigue resultados  insospechados a pesar del tiempo que se tome. Los alquimistas aprovechan  este conocimiento natural y sin alterar su orden, lo aceleran. Lo mismo entonces,  el sabio comprende la diferencia entre la magia que pretende someter  a la naturaleza, de la alquimia, algo completamente diferente que pretende  facilitar los procesos de la naturaleza y por tanto es en el conocimiento de los  ciclos naturales como se generará la resonancia que permitirá aumentar  nuestros niveles de energía para el logro del opus magnum interno.  

∙ La propuesta de la regeneración me parece de una envergadura mayúscula,  impresionante en beneficios, pero también en esfuerzo y sacrificio, que no me siento aún capaz de emprender, sino más que superficialmente, pero como los  mismos alquimistas señalan, el calor debe aplicarse lentamente en la retorta y  en el atanor y por mucho tiempo, para lograr adecuados resultados, eso me da  esperanza. 

BIBLIOGRAFÍA: 

1.. Javier Sierra (2011). Las enseñanzas secretas de todos los tiempos. Editorial  Mastínez Roca 

2.  Fuente: https://citas.in/autores/hannah-arendt/ 

3. La gran obra. Youtube watch 

4 J.M.Ragón. (1929) La masonería hermética y la iniciación hermética. Biblioteca  orientalista. 

5..Juan Carlos Alonso. (2014). La psicología analítica de Jung y sus aportes a la  psicoterapia. Universidad Javeriana. 

6.https://citas.in/autores/hannah-arendt/ 

7. Delia Vergara (2018) Encuentros con Lola Hoffman. Catalonia Ediciones.

8..Sitios varios de internet.